10 libros para niñas y niños

El suplemento digital Finde, del diario La Tercera, nos pidió que le recomendáramos a sus lectores libros para niñas y niños. Dejamos con un ustedes nuestra selección, hecha por el equipo de Ojo en Tinta responsable del programa de literatura infantil, «Las aventuras literarias de Edgar y Lupe».

Frederick

Niños, de María José Ferrada (Grafito)

“Respiro / dándome cuenta / es un milagro / para el muerto”, escribe Claudio Bertoni en “Avivaos”.

En Niños, escrito por María José Ferrada e ilustrado por Jorque Quien, encontramos un libro con 34 poemas insertos en esa fascinante fase de descubrimiento sin fin que llamamos infancia.

En la página final nos enteramos de que cada uno de los nombres que encabezan los textos corresponden a los niños y niñas, de entre 0 y 11 años, desaparecidos o ejecutados por la dictadura de Augusto Pinochet.

Publicado originalmente a 40 años del golpe militar, es un volumen que indaga en la vida que fue (o pudo llegar a ser) de estos pequeños y pequeñas, a los que la violencia les arrebató la milagrosa oportunidad de vivir.

Sólo un fragmento. La historia de Pablo: “Un árbol, una nube, una ola, un caracol / Cuando aprenda a hablar, será lo primero que dirá”.

[N.R.I]

El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch (Bárbara Fiore)

El otro día escuché que los humanos somos como los yogures. Todos tenemos fecha de vencimiento, pero no sabemos cuándo será, porque está impresa por fuera, en la tapa.

En estos tiempos de Covid-19 y lavado incesante de manos es interesante reflexionar con los niños y niñas sobre esa figura tan ignorada que sucede a la vida.

El cuento El pato y la muerte, del escritor e ilustrador alemán Wolf Erlbruch, narra la amistad del ave con esa compañera silenciosa que siempre está ahí “por sea caso”. Incluso la abraza en un momento, cuando ella tiene frío, gesto que nadie había tenido con ella.

Un libro breve, pero conmovedor que nos invita a entender la vida como un viaje en las quietas aguas de un río.

En esta misma línea, la película Coco nos enseña cómo la cultura mexicana se relaciona con la muerte, celebrando la vida desde los que (en carne y hueso) ya no están con nosotros.

Puedes ver también el cortometraje animado de El pato y la muerte.

[N.R.I.]

Frederick, de Leo Lionni (Editorial Kalandraka)

Lo que se encuentra en las páginas de este libro para niñas y niños es algo muy profundo: el significado de la poesía.

Una familia de ratones trabaja juntando comida para el invierno. Todos menos uno, Frederick, que trabaja también, pero juntando colores y rayos de sol.

Cuando llega el invierno y la familia de ratones pasa frío y sufre por el encierro, es solo gracias a las palabras de Frederick, un poeta, que sienten nuevamente el calor del verano.

[P.E.Z.]

Ven a ver arte chileno (Editorial Ekaré Sur)

El sello Ekaré Sur, especializado en literatura infantil, se propuso el noble y ambicioso objetivo de acercar el arte chileno a niñas y niños, con libros que combinan imágenes y textos narrativos. Para primeros lectores han publicado Transportarte, Animalarte y Frutarte, y para lectores más avanzados, Ven a ver arte chileno. Sus últimos libros en esta línea son Cordillera azul, con obras de Pablo Domínguez, y La maleta mágica, con obras de Valentina Cruz.

Niñas y niños están expuestos constantemente a estímulos visuales; es valiosa, por lo tanto, esta apuesta por invitarlos a entrar en el mundo del arte y entregarles herramientas para la apreciación estética.

[P.E.Z.]

Selma, de Jutta Bauer (Editorial Fondo de Cultura Económica)

¿Qué es la felicidad? La respuesta la tiene una oveja llamada Selma. Así es. El libro Selma, de Jutta Bauer, ganadora del Premio Hans Christian Andersen, nos presenta a una oveja que todos los días, al amanecer, come hierba; al mediodía enseña a hablar a los niños; al atardecer sale a ver sus amigos y hace ejercicio; y de noche duerme plácidamente.

¿Y si tuviera más tiempo? Haría lo mismo, responde. ¿Y si ganara la lotería? Lo mismo. ¿Qué necesitamos realmente para ser felices?, es lo que nos hace preguntarnos Selma. Al parecer, nada tan lejano.

[P.E.Z.]

Stuck (Atrapados), de Oliver Jeffers
(Editorial Fondo de Cultura Económica)

Recomiendo este libro porque contiene una historia divertida y muy ingeniosa. Probablemente a todos, cuando niños se nos quedó la pelota atascada en un árbol, u otro juguete que lanzamos sin saber ni sospechar su destino, quedando atrapados en algún lugar lejos de nuestro alcance.

Justamente así comienza esta historia, pero lo interesante viene después, en cómo el niño intenta recuperar su preciado volantín.

[A.R.]

Un lunes por la mañana, de Uri Shulevitz
(Editorial Fondo de Cultura Económica)

Podría ser un poema, un cuento o una canción, esta historia está llena de imaginación. Comienza este cuento muy gris y lluvioso y pareciera que nada va a ocurrir, pero sin previo aviso comienzan a aparecer coloridos personajes con un toque de ensueño.

Hemos leído este cuento muchas veces y siempre se puede encontrar algo distinto ya que las imágenes y el texto permiten desprender distintas narrativas.

[A.R.]

Había una vez una llave, de Graciela Montes e Isol (Loqueleo)

Una historia dinámica en que lectores y lectoras deberán agudizar su vista para poder interpretar todos los signos. El texto conversa directamente con las ilustraciones de la talentosa argentina Isol. ¡Leer este libro es quizás lo más cercano a leer jeroglíficos egipcios!

Por otro lado, la narrativa es intrigante: ¿podrías adivinar cuál es el final y cuál es el principio?

[A.R.]

Momo, de Michael Ende (Alfaguara)

Ahora que estamos -o deberíamos estar- encerrados, esta novela infantil del escritor alemán Michael Ende nos puede servir para sobrellevar una cuarentena cuya duración es aún incierta.

Momo es una niña huérfana con un talento hoy escaso: sabe escuchar de verdad. Para escuchar de verdad hay que dar tiempo. Y ese tiempo, hoy y en 1973, cuando se publicó el libro, se invierte en otras cosas: en trabajar, en consumir, en aparentar.

Momo se enfrentará a los hombres grises para devolver el tiempo a las personas. Esa frase, “devolver el tiempo”, tiene otra resonancia hoy. Ojalá sepamos “escuchar” lo que está pasando. Como Momo lo haría.

[P.C.]

El muñeco de Don Bepo, de Carmen Vásquez-Vigo (SM)

Don Bepo es ventrílocuo y junto a su muñeco Ruperto acumulan risas y aplausos. Pero el tiempo pasa y Don Bepo decide retirarse al campo, a cultivar una huerta y dejar su muñeco como espantapájaros.

Ruperto quiere moverse y un hada le concede el deseo. Va a la ciudad y se desencanta del ritmo frenético y violento que ahí encuentra.

Un relato sobre la hostilidad y el sentido de pertenencia, pero también sobre cómo las urbes se han vuelto en contra de las personas. Y de los muñecos.

[P.C.]

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