El horror sobre túneles subterráneos: sobre “Sprinters” de Lola Larra

Un libro sobre Colonia Dignidad que mezcla ficción, testimonios y narrativas gráficas, en un tránsito entre lo enigmático y lo historiográfico. » Lee el primer capítulo (en formato pdf).

sprinters

Sprinters
Lola Larra
Huerders
2016

Una periodista —hija de exiliados— retorna desde Venezuela a Chile para escribir el guion de una película sobre Colonia Dignidad. En un viaje al sur conoce a Lutgarda, una ex colona que le narra toda su vida al interior de este enclave alemán: desde el régimen casi feudal en el que se crió hasta la misteriosa muerte de un niño en una tarde de cacería. Todo esto lo narra Lola Larra (Claudia Larraguibel) en Sprinters. Los niños de Colonia Dignidad una investigación periodística en donde pasamos de la ficción a la no ficción, de la cámara documental a la novela negra, de lo enigmático hacia lo historiográfico.

Sprinters es un libro híbrido en el que conviven diferentes géneros. Hallamos una novela gráfica que narra la vida de Tobías al interior de la Colonia, la ficcionalizada huida de una alemana que logró llegar a Santiago y variadas declaraciones extraídas de archivos judiciales. Feroces resultan los testimonios a los que Larra pudo tener acceso. Los argumentos con los que los abogados justifican la pedofilia al interior de la Colonia resultan absurdos e impactantes; también, las vivencias cotidianas sujetas a vidas convencionales donde predomina la uniformidad y el sometimiento. Los hombres no se pueden mezclar con las mujeres, las comidas tienen remedios que anulan el deseo sexual y los colonos deben usar por más de una década la misma ropa. Las mujeres desde niñas son minimizadas. Son criadas en un rol de inferioridad que se los hacen notar: “Lutgarda nunca creyó del todo lo que enseñaban los tíos sobre ellas, las mujeres: que eran seres inferiores como las gallinas, o incluso peores, porque ni siquiera daban huevos” (75).

Los habitantes de Colonia Dignidad vivían de la agricultura y la ganadería. Trabajaban doce horas diarias en condiciones infrahumanas para Paul Schäfer. No tenían documentos de identidad. No podían circular libremente por las calles del recinto. La televisión estaba prohibida. Las revistas de la biblioteca estaban censuradas con rayados de plumón. En el hospital del enclave eran sometidos a experimentos y estaban separados de sus padres. Reinaba el horror y la incomunicación. Colonia Dignidad era un panóptico. Durante la dictadura de Pinochet se dedicaron al tráfico de armas, además de ser un centro de detención y tortura. Cuando la PDI allanó el enclave germano, Schäfer logró huir por túneles subterráneos y salir hacia Argentina.

Lola Larra recuerda, anota, entrevista. Se hospeda en un austero hotel cercano a Parral y toma apuntes. Recuerda su infancia en Venezuela y una conversación que tuvo con su padre sobre la Colonia Tovar, una fortaleza que hicieron alemanes que llegaron huyendo de Europa. En plena selva venezolana instalaron un predio agrícola con sus propias reglas y costumbres. Jamás se mezclaron con los nativos. Ellos se olvidaron del mundo y el mundo se olvidó de ellos. En la década del cincuenta un joven decidió huir y regresar a Europa, harto de los dogmatismos impuestos en la Colonia Tovar. Cuando llegó a la embajada se sintió desplazado y anacrónico. El tipo de alemán que él habla es un dialecto que pertenece al siglo pasado, es incapaz de comunicarse. El recinto y sus reglas quedaron congelados en el tiempo.

Los sprinters son los niños que integran el grupo más cercano a Paul Schäfer. No cualquiera puede acceder a ese sitial. Deben hacer méritos. En una tarde de primavera, el Tío Paul y su corte más cercana se van de cacería al bosque. Los acompañan cinco sprinters. Uno de ellos muere. Los alemanes dicen que se cayó de la camioneta y se golpeó en la cabeza; otras versiones dicen que echaron a correr al niño como si fuera un conejo y que hicieron puntería. El principal eje temático del libro transita en torno a este misterio. Las preguntas se multiplican, y con el correr de las páginas van apareciendo más y más personajes que entregan alguna pista que parecía perdida.

Sprinters es un libro que funciona como una escalera que nos lleva hacia los abismos del horror. Mientras más descendemos, más nos preguntamos: ante cada escalón, surge una duda, por lo mismo el escrito se mueve en torno al suspenso y al cuestionamiento, no perdiendo intensidad ante cada aberración que explicita los procesos y las formas del enclave alemán.

Colonia Dignidad es un emblema propio del apocalipsis. Anclado en el lluvioso Sur de Chile y construido sobre túneles subterráneos, parece un lugar más propio de la ficción literaria que de la realidad. Alguien podría pensar que es todo un espejismo, que es parte de la imaginación de algún siniestro personaje.

Pero no: Villa Baviera fue parte de una estructura aberrante que aún posa sus raíces en el Chile actual.

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