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Paramar: poemas de amor de Juan Carreño

El poeta chileno Juan Carreño, seleccionó para Ojo en Tinta algunos poemas de su nuevo libro, Paramar, escrito entre los años 2016 y 2019 en los pueblos de Punta Arenas, San Cristóbal de las Casas, La Pintana, Tacna, Medellín, Managua, Osorno, Oaxaca, Malloa y Tijuana.

Juan Carreño [Crédito foto: Emilia Rothen, The Clinic]


prosa del Transiberiano

a Sonia Delaunay
y a toda la Garra Blanca,
aguante el cacique.
Muerte al Señor Blanco.

tu bruxismo eran las ruedas del tren
tu bruxismo eran las ruedas de hierro sobre los rieles
rompiendo hielo, aplastando alimañas

sacando chispas de petazetas en la línea
tu bruxismo es Siberia, Juana
y es lo que nos llevará a Port Hardy

yo apenas tenía 16 años y era tan mal poeta
y los mapas brillaban bajo las sábanas
como pornografía que refocila mis sueños

las campanas de las catedrales bajo la lluvia
los caminos fangosos donde hundiría mis bototos
y todos los caminos y todas las líneas férreas

todos los cables eléctricos no tenían dirección
una vorágine y un llamado, para mí, al amor
yo estoy dispuesto a vender lápices

a vender calendarios de paisajes cristianos
de mujeres desnudas ofreciendo
sandías en la entrepierna

cualquiera sería mi aventura
con tal de no verle jamás el rostro a mi familia
a los valles centrales, al trabajo impúdico

del campo y sus hombres viles y sin palabras
y agarré mi fiebre, mi mochila, lo no perecible
que encontré en los baúles de mi madre

escupí sobre los retratos de mis abuelos
oriné las herramientas del padre y marché
pero las estaciones estaban vacías

y yo a 16 mil kilómetros de casa
apenas tenía 16 años
era tan mal poeta y peor bebedor

dije adentrándome al invierno
como quien entra a una morgue
yo sé que mis amigos mueren lejos

abordaste en Sonora, Juana
junto a los esparcidos en su búsqueda
de encontrarse nunca más con chilenos

yo apenas tenía 16 años y era tan mal poeta
no sabía llegar al fondo de las cosas
la primera noche que bebimos me dijiste

vengo escapando de un casting
como pago tengo hongos y un desgarro
y cruzando Henderson, Death Valley, Sacramento

intenté cuidarte y conseguir las medicinas
estuve más de mil kilómetros borracho
mirándote dormir, dibujando con cigarros

las estaciones que se sucedían como muertos
porque el tren no se detiene y la gente muere
sobre las ventanillas empañadas

sobre el atardecer en las montañas
tú me decías, llora
y humedece con tus lágrimas mi vagina

al cruzar a Medford el viento cubrió la cara con tu pelo
y te vi reír, dijiste
aprovechemos el desperfecto de la locomotora

y vamos a orillas del Bear Creek a beber
y a fornicar en sus arenas
disculpa por manchar tu espalda

me gusta que me manches
así me acuerdo mejor de ti
y el rechinar de los ríeles sobre la nieve

cuando en las noches intentaba escribir
y apenas escribía la palabra Juana
no podía más que masturbarme

y quedar vacío mirando la noche por la ventanilla
Winchester Bay, Waldport y diminutas luces
a lo lejos, quizás de haciendas, casas pobres

y chupábamos hasta dormirnos desnudos en el suelo
esas mañanas de movimiento perpetuo
en que tu bruxismo te lo abrigaba

de un abrazo, en el camarote del tren
para respirarte en la nuca y despertar bostezando
dime, Blaise, estamos muy lejos de La Pintana?

sí, estamos lejos de las pirámides
de los petroglifos, de las estatuas
de los becerros de oro turísticos

ya estamos en Oil City y aun no recupero mi peso
días y noches de paisajes vacíos si no se caminan
tormentas leídas a Donoso y Arlt que echan cuerpo

y tú, Juana, cada día
abres las puertas de mi vagón-dormitorio
me dejas jamón, me dejas restos de licores

a medio beber en botellitas de contrabando
mira, ya estamos en Tin City
lo que está al frente es el mar de Chukchi

te gustaría vivir acá?

aquí seguro nadie nos encuentra

podríamos intentar una huerta en el hielo.

hagamos un videoclip en el Tayrona

con una masa informe de humanos de fondo
fornicando al azar como culebras en celo
y tú y yo cantando frente a la cámara
frente a millones de personas que nos miran
por sus teléfonos rumbo al trabajo
tú choriceas deseante con el índice
trémulo en el bikini, y yo giro
como jugador de tacataca
las últimas gracias
que aprendí en capoeira
y que el atardecer azul
sea un diálogo nuestro
contra la monogamia
y la melancolía
y que nuestros dientes brillen
y que algo nos mida la fuerza
con que nos apretamos en el baile
y en la playa
y en silencio
que todos los que fornicaron este día
vuelvan a su apetito
pero que callen un momento
y sientan caer
el coco en la arena
la galaxia en el ojo
y otros efectos básicos de edición

ESTANDO YO JUAN EN MI CELDA EN LA ISLA DE PATMOS, ACOMPAÑADO POR SAN GIORDANO EL GRIEGO LOCO Y OTROS INFRACTORES A LA LEY DE CULTO, TUVE UN ACCESO Y ESTO FUE LO QUE VI:

vi 7 tagadás
tagadás luminosos
7 tagadás al unísono
y los drones se elevaban como ángeles
sobre nuestras numerosas visiones

vi 7 tagadás sobre una avenida cortada
el primero un clásico achequetere
lo llamaban el Dragón Challán a este tagadá romántico
la gente se besaba como en los rompeolas
se deseaban buenas vidas
practicaban el tagadance con granos de café, de pimienta
este primer tagadá era el tagadá de la fecundidad

vi un segundo tagadá oxidado
no se distinguían las letras pero era un tagadá escrito
y su piso estaba lleno de cera
la gente parecía trapero
pero escuché a gente gritar
la gente decía 7 por 7 Santo Tomás
sangre por sangre guatón Bairon
y podía caer ceniza o nieve en cualquier momento

vi un tercer tagadá
en su giro todos los tagadás se difuminan
y tienden a lo circular
en este llovía
la gente salía expulsada por la fuerza centrífuga
echaba humo y le colgaban como decoración
140 mil llaveros con formas de animitas
y la gente danzaba y sacrificaba perros

vi un cuarto tagadá
era un tagadá sin aire
y la gente no respiraba hasta el séptimo día
porque estaban en estado de profecía
los escuché decir
en todas las lenguas latinas
un canto, que en uso, sonó
la gente no respira en su estado de gracia
abren los ojos como bajo el mar
y se mantienen así en el tagadance

vi un quinto tagadá
bajo el mar símbolo de la infancia
lo sacamos con lanchas
y lo subimos a una plataforma de plumavit
este sería un tagadá con erizos eternos
y la gente reía pero no era una risa de bondad

vi un sexto tagadá
era un tagadá hechizo
en su centro había un tornado
donde tus pensamientos
mientras girabas
se proyectaban
los tagadancers al centro del tornado
emitían un intenso rayo luminoso
de color verde
por sus nueve orificios

vi un séptimo y último tagadá
mi espíritu flaqueaba
lloré diamantes y carbón
en el cielo fucsia estaba escrito
TAGATRANCE
allí la gente desaparece
pero yo no sé qué hay en este séptimo tagadá
porque debía seguir con mi visión

cada tagadá era piloteado por un ángel
cada ángel representaba
a las 7 familias fabricantes de tagadás
a las 7 playas de la memoria
y a las 7 casas de oración
ahora pervertidas en casas de lujuria y gula

el ángel del primer tagadá me alzó
me dijo escucha Juan mis palabras
y las palabras de los otros 7 ángeles
porque somos 7
pero existe un tagadá inasible
la flor de un día de los tagadás
y yo, Juan, con mi mirada de dron
veía los cuerpos cabalgar
los perreos de la codicia
escucha Juan, me dijo el ángel
el primer tagadá debe ser obsceno como la selva
pero ángel del primer tagadá, le dije
mi guayabera fue arrancada y arrojada a la hoguera
y al interrumpir con mi voz de varón el discurso del ángel
fui escupido y lanzado a los potreros
y fue en los potreros donde el ángel del segundo tagadá
me habló con voz tecno-mecánica
desde mi cabeza
porque este ángel me poseyó como un motor vivo
me adelantó la mente y envejecí de golpe
todo era imagen
y vi a los apóstoles
mis amigos de cárceles y ciudades como luciérnagas
abandonarse en los pesares
pero como todo era imagen no pude gritar

mi paso en este viaje es un dibujo mojado afuera de los templos

un tercer ángel vino a mí
y era el ángel de Sor Juana
o al menos eso parecía entre los escombros
y la figura de Sor Juana caminaba
entre los drones humeantes
como caminan los profetas
por las calles luego de la feria
y la brisa de los tagadás la ondeaba
y su hábito era un acantilado
me dijo cantando la música del futuro:
los drones caen brillantes como para pedir deseos
y cedí a mi inmundicia
desperdicié mi saliva y mi lengua
pero los 7 tagadás
estaban conectados en 7 puntos de mi cuerpo
y no tuve tiempo para fallar

y vi un cuarto ángel
y era el ángel del tagadá utópico
y me dijo que los 7 tagadás
alineados en la avenida Santo Tomás
expandirán los sentidos de la Neozona
estos son los 7 nombres
de los 7 tagadás

ALGARROBO TAGADÁ
TAGADÁ DIGÜEÑES TAGADÁ
EL TAGADÁ DE LA OBSTINACIÓN
EL META TAGADÁ
TAGADÁ EL QUISCO
EL TAGATRAUMA
TAGATRANCE

bailar con las manos en el piso
y girar
y no ceder a la fuerza centrífuga

entrenar en tagadás clandestinos
y saber caer
y ser golpeado

el cuarto ángel del cuarto tagadá
me dijo esto
y ya me sentía extranjero en mi visión:

me vi acumulando polvo
en las estanterías mecánicas
en las contabilidades de mi celda

vi desaparecer a este ángel
como una memoria USB
descender por un lago
en cuyo fondo se deshacen
cosas humanas

el quinto ángel del quinto tagadá
es el ángel del mar y los ahogados
los tagadancers en su centro
experimentan el tubo de ola en su reviente
y en ese vacío de volteretas
una tallarinata marina
PUMB
TANTÁN
PUMB
TANTÁN
Aaarrrlluuurrreeeeddíííí

y la visión de familias
invadiendo playas privadas
para broncearse e ir cubiertos de sal a los tagadás

¡algodón de azúcar y choripanes!
¡ruedas de chicago!

el libro que me entregó el ángel del quinto tagadá
es un libro que debe abrirse
los días en que sólo pensamos en la muerte
y en cómo ejecutarla
sin causarle daño a los menores

días y días y días en Patmos
años sin subirme a un tagadá
años que no me suelto de la baranda
y me dejo caer
y me dejo deslizar

quizás choque entre la confusión y el caos
con alguien que quiera compartir
una manzana confitada
mi frutilla cubierta de chocolate

los cuerpos en el tagadá
una sartén giratoria

es como si estuviéramos en el corazón de un gigante haciendo el amor

y las palabras de este ángel
eran las palabras de este libro:
toda palabra que salga de mi boca
será escrita adentro y afuera de este libro

vi desaparecer al quinto ángel
como desaparecen las 7 esferas
luego del deseo al dragón

y yo, Juan, bautizado en la Cascada de Buda
todo esto lo vi con mi rostro en éxtasis
bailando en la celda de Patmos con furia
denostando mis articulaciones
volteé el recipiente con mis orines
y mis escritos fueron maculados

el ángel del sexto tagadá
levantó con una de sus alas mi rostro
su luz era como estar días y días bajo el sol

mi tagadá es el tagadá imbunche, me dijo
y quiere acceder al comercio de cuerpos
sin vida
cadáveres
tráfico de momias
¡mi cuerpo!, ¡mi decisión!
¡sí a la momificación!
imagina a esos muñecos
en un tagadá eterno
y el mismo rostro de humanos asombrados
girando hasta que el tagadá se desboque

pero yo no dejaré que eso pase
dijo el ángel del sexto tagadá
no queremos que nunca más vuelvan
a morir inocentes tagadancers
culpa de un tagadá en mal estado
por ahorrar en líquido de frenos

pero este era el ángel de la gentrificación
y yo luché contra él
y contra todos sus esbirros
infiltrados en las juntas de vecinos

yo no sabía de dónde venía mi poder
pero pude luchar y vencer al ángel del sexto tagadá

fue una batalla de 77 días
en el que mi corazón se depuró
de tantos y tantos días de tagadance

la cólera, la ansiedad y las palabras las olvidé bailando

me comenzó a salir luz
y el ángel por ser ángel
Ignorante de la muerte
concibió lo que era el hastío
y el día 77 llegué a mi nivel más alto
fui los últimos minutos de Namecuseí
un punto sin conciencia

que la planta de tus pies
sobre la pista movediza del tagadá
que el tagadá
sobre esta tierra que gira
y la caída del ángel fue celebrada con balazos
y al ángel se lo comieron como a una iguana
y sus huesos fueron arrojados a los perros

el ángel del séptimo tagadá
llegó con una banda de bronces
y las aves salieron del cielo
y quisieron escapar
pero del tagadá entraban y salían personas
paisajes, olores vegetales
matrimonios, martes hoy, martes mañana
martes toda la semana
aires acondicionados que gotean sobre muchedumbres
avionetas que rocían los cultivos
por el séptimo tagadá cruzó toda el agua
y todas las especies de los 7 mares
y uno ahí con suerte era un microplástico

el séptimo tagadá era lo simultáneo
y el séptimo ángel lo sabía
y vi al ángel expandirse
y tratar de contener el flujo del tagadá
pero el ángel se desgarró
y no había cómo memorizar todo lo que pesó
todo lo que contuvo el séptimo tagadá

los restos del ángel del séptimo tagadá
fueron esparcidos como telas de arañas
por los restos del mundo

que durante 3 días
que estuve con fiebre
y sin respirar
y sin pestañear
colectando en visiones
de los 7 tagadás
que fueron mi mente
y el origen de los cuerpos tagadancers

los gendarmes
también quieren tagadá
y harán llegar esta carta
a todas las unidades de la Neozona

son testigos de esta visión
todos los tagadancers
que emitan luz verde
sobre las plataformas

ese brillo será innegable

¡POR LOS 7 TAGADÁS ALINEADOS EN SANTO TOMÁS!

¡POR LA PALABRA QUE ACOMPAÑA ESTA VISIÓN!

¡NO AL CONTROL!
¡NO AL CONTROL!
¡NO AL CONTROL!

¡GUERRA DE DRONES!

¡TAGADANCERS DEL MUNDO UNÍOS!

Isla de patmos sin fecha

Paramar (2019), por ahora autoeditado, lo vende el autor (juancomprofierro@gmail.com). En octubre llegará a librerías publicado por Ediciones Lastarria.

Juan Carreño en Ojo en Tinta

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