Adelanto: «Lo que todos nombran, pero nadie ha visto» de Marcelo Escobar

Refranes, proverbios, adagios, sentencias, dichos y frases conviven en las 120 páginas de Lo que todos nombran, pero nadie ha visto, último libro del diseñador Marcelo Escobar.

A modo de muestra gratis, presentamos dos dichos  de los cincuenta que componen esta publicación editada por Ocho Libros a fines de 2014. ¿Será que más vale pájaro en mano que cien volando? 

 

POLLOSMEONES
DALE CON QUE LAS GALLINAS MEAN

(o a porfiado no hay quien me gane)

Comencemos por aclarar que efectivamente las gallinas no orinan, al menos no en la forma que tradicionalmente entendemos los humanos.
Las apreciadas gallinitas poseen, al igual que la mayoría de las aves, una cavidad secreta donde van a parar todas sus secreciones, es decir, orín, excremento y mucosidad. Efectivamente, cuentan con un par de riñones que están conectados directamente con esta oquedad, que ostenta una salida directa al exterior trasero del animal, el llamado poto de la gallina, desde donde sale esa conocida sustancia acuosa y amarillenta, fruto de toda la discusión: ¿es pichí o caca?
Ahora, para complicar más las cosas, diremos que desde esa cavidad, es decir, desde el mismo canal, salen los huevos por medio de un complejo sistema reproductivo que no detallaré para ahorrarle al lector un desagrado.
Este asunto ha dado pie a una discusión tan filosófica como aquella del huevo o la gallina. El asunto es tan peliagudo que se ha convertido en paradigma de la porfía de algunos de nuestros compatriotas, que aseguran en forma majadera y reiterativa una verdad que para muchos es cuestionable.

 

MASVALEPAJAROENLAMANO

MÁS VALE PÁJARO EN LA MANO,
QUE CIEN VOLANDO
(o el miedo a lo desconocido)

Algunos proverbios suelen ser derivaciones de textos bíblicos, como el de Eclesiastés, donde se señala “que es mejor un perro vivo, que un león muerto”. El pueblo, en su incontestable sabiduría, ha trabajado estas máximas haciéndolas propias, como el caso de esta popular sentencia.
Esta frase revela según algunas interpretaciones, falta de audacia, bastante moderación y cierta debilidad de ánimo; un grado de conformismo, en resumen. Significa contentarse con lo que tenemos al alcance de la mano, aunque estemos rodeados de mejores posibilidades, pero que ir por ellas puede costarnos algún sacrificio o un esfuerzo que quizás no tenga recompensa. El hombre o la mujer de naturaleza temerosa, alzará los hombros y se justificará para sus adentros con “más vale pájaro en mano, que cien volando”.
Algunos piensan que es mejor tener algo seguro, algo con lo que sentirnos cómodos, que, aunque no sea mucho, es preferible a intentar obtener algo que tal vez deseamos con intensidad, pero sobre lo cual no tenemos ninguna certeza, como una bandadas de pájaros inasibles en un cielo que no se quiere explorar. Lo opuesto a esta actitud estaría encarnado en la sentencia “el que no arriesga, no cruza el río”. Cuestión de gustos finalmente, o de osadía dirán los más intrépidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

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