Reseña: «Funeral en rieles» de Michael Rivera Marín (2012)

Funeral en rieles (Forja, 2012) es un thriller de terror adolescente con tintes lovecraftianos. Una novela de fantasía enraizada en el mundo contemporáneo que nos presenta la historia de un grupo de adolescentes que, ante un suceso inesperado, deberán indagar en las verdades ocultas de la peculiar ciudad de Babel.

Martín Muñoz Kaiser

En su primera obra publicada, el autor no tiene reparos en demostrar su habilidad para suspender la incredulidad del lector. Su mayor éxito radica no en hacernos creer que estamos inmersos en una realidad tal como la nuestra, sino en plantearnos desde un principio y con mucha habilidad una urbe ficticia en un mundo con sus propias leyes, descrita de tal manera que los tentáculos de su prosa nos hace olvidar por completo.

El entorno queda descrito de manera muy rápida en las primeras páginas de tal forma que cuando comienza la presentación de los personajes ya estamos completamente inmersos en Babel.

El protagonista y sus amigos se visualizan claramente y van apareciendo como las primeras gotas de una tormenta, que termina con el fatal acontecimiento que desencadena el conflicto principal: la muerte de un amigo en las vías del tren. Al terminar el primer capítulo, estamos completamente atrapados por la profundidad dramática y curiosamente también por la sencillez y la inocencia propia de los adolescentes que el autor logra cubrir de carne y hueso.

Hacemos nuestros inmediatamente sus problemas mundanos y caminamos de la mano con ellos hacia los conflictos sobrenaturales que nos plantean luego, sin darnos cuenta, estamos en busca del misterio de la ciudad.

El manejo de la información durante el transcurso de la novela es un elemento de suma importancia en este tipo de género, y el autor logra mantener la tensión, despistar y guiar al lector de manera acertada durante todo el relato.

Mientras se desarrolla la trama estos personajes tan creíbles, tan comunes y corrientes, se ven enfrentados a un contexto enrarecido, la realidad se va desdibujando de a poco, y en la medida que estos jóvenes valientes se enfrentan a los tabúes de su entorno social, los velos de la niñez van cayendo para mostrarnos la verdad de la realidad de los adultos, y terminan por convertir finalmente al protagonista, en un hombre por derecho propio.

La obra posee una abundancia de referencias biblio-cinematográficas, lo cual en vez de entorpecer o distraer, hacen más fácil la lectura de los códigos y la conexión con el público objetivo del libro. Rivera Marín logra darle un giro fresco y localista a los arquetipos del cine hollywoodense, permitiendo una lectura muy familiar para los adolescentes de hoy.

Si hay un punto flaco en la novela, no está en el interior de esta, sino en su portada. La cual al contrario de los códigos, la trama y el estilo narrativo, no aportan, sino por el contrario, despista a quién la mira. Ni la foto ni el filtro utilizado para procesar la imagen, ni la tipografía entregan la información correcta. La portada está dirigida a otro público objetivo.

Funeral en rieles nos entrega a los adultos el recuerdo de una época que se fue, en la cual el barrio era el centro de la vida social de un niño, un tiempo en que jugar en la calle con los amigos era lo natural, donde no había computadoras ni juegos electrónicos. El universo estaba lleno de misterios por descubrir, donde los límites de nuestro mundo era lo que alcanzaban a ver nuestros ojos.

El horizonte simbolizado por los maizales que marcan los límites de ciudad Babel, son los límites mágicos que se inventaban los hombres antiguos, más allá del horizonte, más allá de la mirada estaban los abismos, y más allá los monstruos. Esta novela nos transporta exitosamente a esos tiempos y nos recuerda que alguna vez también fuimos adolescentes, crédulos e inocentes.

Funeral en rieles
Michael Rivera Marín
Editorial Forja, 2012
173 páginas

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