“Sumisión” de Houellebecq: Las murallas del Eurocentrismo que se dejan contagiar

La pregunta que trasciende esta ficción futurista es: ¿qué pasaría si en el seno de estas sociedades decadentes se inyecta una educación que retorna a la reforma espiritual de la sociedad medieval, pero esta vez a través del Islam?

sumision
Sumisión
Michel Houellebecq
Editorial Anagrama
2015

Sumisión, de Michel Houellebecq, se publicó el mismo día del atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, lo cual ha creado cierto mito islamofóbico en torno a la novela. Esta relación de los atentados con la novela ha generado una serie de discusiones mediáticas que me parecen poco relevantes para entender el argumento. Bajo este código de lectura la novela se vuelve panfletaria y mercantil.

Por el contrario, me parece más interesante clasificarla como una novela que retrata las evoluciones que han tenido los procesos de intercambio cultural entre Oriente y Occidente, aunque siempre teniendo en cuenta que el escritor es europeo y que su tradición cultural es inventar y moldear una alteridad.

Sumisión es un texto que se divide en dos niveles, los cuales a lo largo de la novela se retroalimentan constantemente. El primer nivel es el de una narración neopolicial en primera persona de un profesor de literatura experto en un escritor francés del siglo XIX llamado Huysmans. En toda la novela el detective académico va reconstituyendo a través de huellas el fenómeno social que se está desarrollando en su país y que contamina a la facultad donde imparte seminarios.

El segundo nivel es el contexto político que rodea al satírico académico, una Francia situada en el 2022 que elige como primer ministro a un personaje híbrido, que representa al modelo de joven burgués capitalista que adopta la religión del profeta Mahoma.

La pregunta que trasciende esta ficción futurista es: ¿qué pasaría si en el seno de estas sociedades decadentes se inyecta una educación que retorna a la reforma espiritual de la sociedad medieval, pero esta vez a través del Islam?

Al estilo de Philip K. Dick en El hombre en el castillo, Michel Houellebecq juega con las características del presente (en el caso de Dick de la historia) y desarrolla un relato alternativo de una posible evolución de la historia de Francia. El país colonizador que se ve influenciado, a través de sus instituciones republicanas, por la cultura que trae consigo el Islam que deposita sus raíces en el seno de la sociedad francesa.

La novela pone a la educación como uno de los factores de cambio de toda transformación social. El ataque directo a la formación del sujeto produce el cambio cultural y moral que sustenta la vida de los países capitalistas. En consecuencia, el texto se hace cargo de un miedo que recorre a la Europa occidental: que uno de sus principales representantes culturales (Francia) adopte una religión propia de la otredad. Sería el quiebre del origen eurocentrista que implica un cambio directo en la célula familiar, en el rol del hombre y principalmente en la mujer.

El personaje principal se ve enfrentado a las circunstancias de su presente, por lo cual desde su entorno académico lo intentan convencer de los privilegios de este modelo islámico-republicano de transformación social: “Lo que ocurre —prosiguió—es que la mayoría de la gente vive la vida sin preocuparse de esas cosas, que les parecen demasiado filosóficas; sólo piensan en ello cuando se ven confrontados a un drama. Y eso es lo que ocurre en Occidente, porque en el resto del mundo los seres humanos mueren y matan en nombre de esas cuestiones, llevan a cabo guerras sangrientas, y eso desde los orígenes de la humanidad: los hombres se matan por cuestiones metafísicas y no por puntos de crecimiento ni por el reparto de territorios de caza”.

En consecuencia, Houellebecq en su estilo sarcástico hace viajar la teoría cultural del Islam y la ubica en uno de los centros culturales del sistema capitalista mundial. Países europeos que llegan a un punto de crisis por sus modelos económicos, por lo cual se pone en debate a las sociedades burguesas y sus sistemas de meritocracia. La novela gira en torno al sarcasmo constante del autor; sin embargo, esto no es impedimento para ver los procesos de transformación cultural que vive la sociedad occidental.

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