Hardcore para señoritas: La historia detrás del disco definitorio de los BBS Paranoicos

El grupo chileno BBS Paranoicos —activo desde 1991 y con 9 discos grabados—acaba de lanzar un libro con su biografía. Tanto insistir (Santiago Ander Editorial, 2022) es el nombre de la publicación, escrita por la periodista musical Rossana Montalbán, que mezcla el registro oral, el analísis y la reflexión. Reproducimos a continuación parte del capítulo del libro dedicado a un disco fundacional: Hardcore para señoritas (1996), el que la banda reconoce como su primer hito en el circuito y que la autora señala como decisivo para la escena hardcore melódico local.

Los integrantes actuales de los BBS Paranoicos, de izquierda a derecha: Pedro López (guitarra) Carlos Kretschmer (bajo/voz y coros), Juan Herrera (batería) y Omar Acosta (guitarra/voz principal).

Una vez más, los BBS Paranoicos (formados entonces por Carlos Kretschmer, Pedro López, Juan Herrera, Omar Acosta, Álex Patiño y Cédric Otero) acudieron a Fabián Escalona para la portada de su nuevo disco. La dinámica era similar, ellos buscaban una imagen que representara al título y le pidieron a Escalona alguna idea. El fotógrafo por esos días realizaba rescates de películas de ocho milímetros, también conocidas como Súper 8. Su labor era recibir estos materiales que ya no tenían cómo ser vistos y traspasarlos a video para ser reproducidos en los aparatos existentes en los noventa, principalmente VHS. Dadas estas circunstancias, más la idea de mostrar una imagen representativa de la idea de “señoritas”, Escalona propuso usar alguna de esas imágenes venidas de otro tiempo y sin nombre. Mujeres jóvenes, adolescentes, vistiendo recatados y cuidados atuendos, casi como una suerte de imitación de sus madres y abuelas.

Fabián Escalona: “Un día estábamos en la casa buscando fotos con el Oso y el Pedro y me acordé de esos videos de niñas de doce o trece años vestidas como señoras. Al copiar la imagen la definición no es muy buena, porque la máxima definición de esos videos era 390 líneas y para convertirla a 650 ya la forzabas. Aún no había suficiente tecnología para trabajar y recuperar esas cintas en una mejor calidad”.

Hardcore para señoritas. Portada de 1996.

La portada de ese disco podría ser una evocación a las mujeres de la década de los treinta que, tras sus recatados atuendos, propios del periodo, luchaban por el sufragio o por la inclusión de la mujer en la esfera política y social de la sociedad o, más bien, un recordatorio de las estrictas y conservadoras reglas sociales impuestas para las mujeres en esos años. Pero nada de eso pasó por la cabeza de los músicos o del fotógrafo. Las imágenes de un pasado donde el concepto de señorita fue primordial para la estructura de la sociedad, surgió estéticamente solo de manera circunstancial; aun así, la portada sigue hablando por sí misma y sigue representando la ironía y la intención inicial del grupo al bautizar de esta manera el álbum: reírse del estereotipo del macho y, sobre todo, proponer una nueva identificación. En este punto nos encontramos con uno de los grandes aciertos de este trabajo, su título.

La breve consolidación de la escena hardcore local, influenciada por la movida hardcore de Washington D.C., el activismo, el veganismo, la militancia straight edge y la acción del DIY, no se vio exenta de disputas o polémicas que poco tenían que ver con la verdadera esencia y origen del hardcore como expresión musical contracultural. Una de esas diatribas daría lugar al nombre del disco. BBS Paranoicos, tras idear y participar en el Primer Encuentro Hardcore, no solo serían dejados de lado, sino que también acusados de manera despectiva de hacer “música no hardcore” o “música para niñas”.

Pedro: “Había sucedido el quiebre con la escena hardcore tradicional, la que era como más machista, más ruda y montón de cosas más antes de que se pusieran sensibles, se hicieran veganos y todo ese tipo de cosas. Hardcore para señoritas como concepto surge un poquito en relación con eso. Y va más como una crítica que como una oposición. Al lado de toda esa cuestión de hardcore, así como medio macho, nosotros somos para señoritas y hacemos música melódica”.

Juan: “Fue una apuesta en ese momento titular el disco así, porque en ese tiempo ser hardcore y punk era tener cresta, pelo parado, macho, se trataba de quien era el más rudo, esa era la volada, y nosotros hicimos lo contrario y nos atrevimos a poner el antónimo de eso. Yo creo que fue jugado y por eso me gusta mucho el nombre, representa una bofetada a los rudos”.

Carlos: “Sí, fue como una ironía y ya qué tanto, somos hardcore para señoritas entonces. ¿Y qué?”.

Fue una apuesta o titular el disco así, porque en ese tiempo ser hardcore y punk era tener cresta, pelo parado, macho, se trataba de quien era el más rudo, esa era la volada, y nosotros hicimos lo contrario.

De esta forma BBS Paranoicos respondía con ingenio a un viejo cliché y al aún más viejo prejuicio en cuanto a melodía, al sentimentalismo y a la exploración del mundo emocional. El hardcore se pisaba la cola, se volvía reaccionario y conservador al aplicar tal afirmación y atribuir de manera despectiva la sensibilidad o, en términos musicales, la melodía a las mujeres, como una suerte de defecto. La masculinidad hegemónica se manifestaba a través de opiniones que presentaban al hardcore como una música masculina, obligada a abordar solo ciertos tópicos, mientras que ellos no temían ser vistos como una banda de canciones de otra sensibilidad, no tradicional. De paso, el título del disco, sin proponérselo en lo absoluto, dará visibilidad a la temprana presencia de mujeres en el circuito hardcore y entre el público de BBS, público que irá aumentando cada vez más.

El disco salió a la luz en marzo de 1997, licenciado por Take Sale!, pero bajo el sello Deifer Records, propiedad de Leo Deifer. La relación con este sello fue breve, pero en principio fructífera y positiva, logrando sacar delante de buena forma la fabricación y distribución del nuevo álbum, sumando al trabajo ya realizado por la banda y aportando el profesionalismo necesario para completar la auspiciosa trayectoria del disco que en lo musical mostraba una nueva y mejor etapa.

Los BBS en sus inicios, formados por miembros de los grupos Los Indeseables (Pedro López y Juan Herrera), Toque de Queda (Álex Patiño) y Los KK (Carlos Kretschmer).

Omar: “El disco se vendió bien y estábamos muy contentos con el resultado, a la gente le gustó. Además fue el primer disco que sacamos en formato CD. Se hicieron unas mil copias, porque en esa época no se podía fabricar menos en Láser Disc; quizás fueron dos tiradas de quinientos”.

Carlos: “Fue el disco con el que causamos cierto impacto y hubo reconocimiento de la escena hardcore. Recuerdo que un día pasé por la disquería Cemento y lo estaban escuchando impactados. Empezamos a tener más público, nos invitaban a todos lados. Ahora escogíamos dónde tocar, tratábamos de tener buenas opciones, de sonar mejor, tener mejores equipos, cosas básicas que antes no teníamos”.

El disco fue una lograda muestra de crudo y grueso hardcore punk melódico, indicado por sus seguidores como uno de los mejores discos de la banda y como un trabajo referencial para un sonido que por esos años solo era patentado por BBS Paranoicos en nuestras tierras, tal como señala el periodista Francisco Reinoso.

Francisco Reinoso: “Yo encontraba que Fábricas mágicas… era la raja, pero cuando recibí el Hardcore para señoritas dije ‘estos son los únicos que hacen lo que me gusta en Chile’. Ahí sonaba NOFX y Satanic Surfers, además de Bad Religion, también la escena sueca con gente como Refused, una escena con la que yo ya estaba pegado en los noventa. Son los BBS quienes reciben ese sonido y esa influencia aquí en Chile y los que introducen ese sonido al circuito desde su música. En este disco se exigieron más y el hecho de conseguir una tercera guitarra les dio una solidez importante. Sonaba increíble para la época. Su sello distintivo siempre estuvo en las letras y en lo melódico de su música. Es mi disco favorito de ellos y fue un hito a fines de los noventa”.

Con canciones como “Lo siento”, “El regreso”, “Tac” y “Crucial”, por nombrar algunas, Hardcore para señoritas se constituye como una remecedora cachetada de velocidad y melodía puestas al servicio de letras tan sentimentales como existenciales, hablando de amor, desilusión y pérdida, como en la imprescindible “El regreso”, o abriendo grandes interrogantes, como en “Pavimento”, cuando Patiño canta “Quiero saber ¿por qué la gente llora?”.

Álex: “La gente enganchó porque se sentían identificados con las letras. O porque les pasaron a ellos o de cómo se sintieron en alguna parte de su vida, como en el tema ‘El regreso’, ya que todos hemos sufrido alguna vez por amor. En ese tiempo ninguna banda punk de acá cantaba de esos temas”.

La gente enganchó porque se sentían identificados con las letras. O porque les pasaron a ellos o de cómo se sintieron en alguna parte de su vida, como en el tema ‘El regreso’, ya que todos hemos sufrido alguna vez por amor. En ese tiempo ninguna banda punk de acá cantaba de esos temas.

Letras personales y momentos donde el pulso acelerado, que no da tregua en los veintitrés minutos de música, se conjugan con figuras de guitarra propias del género, dándole mayor personalidad a cada tema, elementos que se funden con el estilo vocal intenso, desgarrado y crudo de Patiño, dando forma a esta contundente lectura de hardcore punk melódico.

En efecto, Hardcore para señoritas los confirmó como la agrupación estandarte del hardcore punk melódico en Chile, pioneros en una escena eminentemente punk donde los quiebres rítmicos, la velocidad, la melodía y la introspección emocional no eran lo habitual. Todos elementos que hicieron de BBS Paranoicos una banda “rara” y solitaria dentro de la misma escena, quizás adelantada al contexto del underground chileno, inclinado hacia las influencias del punk radical español o el punk británico de la primera y segunda ola, como Sex Pistols, The Clash o GBH.

Porta reedición del disco Hardcore para señoritas.

Carlos: “Nosotros nos atrevimos a no a seguir los patrones de cómo tenía que cantar una banda de punk. Teníamos otras influencias también, como Bad Religion, que sí tocaban temas políticos, pero también tocaban otros temas, y NOFX o Samiam, que hablaban de temáticas más emotivas. Nos atrevimos a tener un sello particular y, para bien o para mal, ese sello nos ha ido definiendo”.

Mariano Pavez: “Desde el inicio me parecieron diferentes porque en ese tiempo todo era contestatario, mientras que acá teníamos canciones románticas vestidas de hardcore punk. Los BBS se distinguían por hacer buenas canciones, buenas letras de punk melódico que en esa época nadie hacía. La virtud de BBS siempre han sido las canciones y eso que aún les faltaba mucho que aprender musical y técnicamente. Eran cabritos, pero tenían una mochila cargada con buenas canciones e ideas”.

La agrupación, conformada en ese entonces por Carlos Kretschmer, Pedro López, Juan Herrera, Omar Acosta, Álex Patiño y Cédric Otero, reafirmó su condición de banda particular y afianzó el carácter melódico y existencial de las letras, anotando algunos clásicos de su repertorio, de los favoritos de sus seguidores, e imprescindibles en sus shows en vivo hasta el día de hoy.

Con Hardcore para señoritas la banda giró otra vez por Argentina y por el resto de Chile, cerrando un periodo de notorio crecimiento al interior del circuito local y en Sudamérica, que tuvo su gran broche de oro con el show de apertura para la primera y esperada visita de Misfits a Chile en 1998.

Rossana Montalbán junto al libro Tanto insistir, publicado por Santiago Ander Editorial.

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