¿Qué leen los adolescentes evangélicos?

Camila Gutiérrez creció en un hogar evangélico ultraconservador. Comenzó a escribir sus experiencias sexuales en un fotolog, que luego se convirtió en película y terminó como un libro publicado el año 2013. Todo bajo el nombre de Joven y Alocada. En las 3 plataformas, Camila relató su despertar sexual bajo las estrictas reglas del pensamiento canuto. A continuación dejamos el capítulo 19 del libro Joven y Alocada (Plaza & Janés), dedicado a las lecturas de los adolescentes evangélicos.

Foto de The Brick Testament

John y Linda tienen una sana amistad en el grupo de jóvenes de la iglesia. Ambos aman al Señor de todo corazón y desean hacer lo que él les pida. Pero un día, John descubre que tiene sentimientos hacia Linda que van «más allá». Linda, por su parte, también se fija en John de otro modo. Sus hormonas comienzan a revolotear pero quieren hacer lo correcto y deciden hablar con el pastor del grupo de jóvenes para peguntarle qué es lo que quiere el Señor. El pastor les aconseja que deben tener una amistad pura, darse tiempo para conocerse sin contacto físico, salir en grupo y estar en constante oración para escudriñar los propósitos de Dios en sus vidas porque ¡Cristo quiere que tengamos placer pero dentro del matrimonio!

John y Linda desean obedecer pero su carne los lleva a hacer cosas que no deben. Van al cine solos y se quedan conversando en el auto del John hasta altas horas de la noche. A pesar de que aman al Señor, están jugando con fuego. Todo parte con caricias «inocentes». Las caricias se intensifican cada vez más y, una noche, cuando John va a dejar a Linda a su casa luego de ver una película inapropiada, se dan un beso francés. Linda está contrariada. Quiere hacer lo que Dios le pide pero ya han cruzado los límites. La próxima vez que John la vaya a dejar, tendrán sexo en el auto. Linda lo sabe y quiere detenerlo. Sin embargo, sigue pasando demasiado tiempo a solas con John. Luego del beso francés llegan a besarse en otras partes del cuerpo. John le desabotona la blusa a Linda y…

Ya es demasiado tarde. Luego de mantener relaciones sexuales, John se hastía de Linda. Ya tuvo lo que quería. Ahora no la necesita. Comienza a buscar chicas para satisfacerse y deja de ir al grupo de jóvenes. ¿Y Linda? Linda queda con el corazón roto y no sabe qué hacer con la culpa que siente.

Avergonzada, se aleja del grupo de jóvenes. Pasa de chico en chico buscando el amor que sólo Cristo le puede dar. Se siente vacía. Luego de años de mantener una vida promiscua, un hombre le ofrece prostituirse. Linda acepta. Para ella, su cuerpo ya no vale nada. John, por su lado, también ha seguido una vida promiscua. Se ha hecho adicto a la pornografía y tiene un matrimonio quebrado.

Me sé esta historia de memoria. Casi todos los libros de sexualidadevangelion tienen una por el estilo. A veces Linda se llama Liz o Rose o Sarah. A veces John se llama Pat, Jake, Nick o Mike pero lo importante siempre se mantiene: los hombres solo quieren utilizar a las mujeres, los hombres siempre abandonarán a las mujeres, las mujeres pasan de tener el corazón roto a prestar el choriflái por doquier en medio segundo; de tomarse la manito a la destrucción moral total pasa otro medio segundo e, inevitablemente, terminan peor que los hombres.

Cuando Padres tienen actividades iglesiles fuera de la casa, Hermana y yo nos dedicamos a escoger las partes favoritas de los libros; todos editados en Miami, todos con estética autoayuda, todos escritos por una dama/varón gringa/o casada/o y con hijos, todos con una foto noventera de la dama/varón, todos con nombres como Manteniendo la pureza, Técnicamente virgen (libro favorito), El rockero y la modelo que llegaron vírgenes al matrimonio, Cuán lejos es demasiado lejos y otros de «esos» temas, y así.

De todas las partes que nos gustan, hay dos que amamos mucho.

La historia del hombre del hotel

Al hombre le gusta la pornografía. Hombre llega a un hotel porque está de viaje de negocios. En la pieza del hotel hay una tele. Hombre piensa dos segundos: ¿prendo o no prendo la tele? Como sabe que la prenderá y que si la prende verá pornografía, decide que es mejor pedir que le saquen la tele de la pieza porque no puede contenerse. Y eso po´. Se la sacan y el escritor del libro cita a Jesú diciendo: “Si tu mano te hace pecar, córtatela. Más te vale entrar en la vida manco, que ir con las dos manos al infierno”.

Y la mina que dice que culiar te pone viejuja

Hayley Di Marco se llama, y mejor la cito porque nadie lo puede decir más bello:

«Tener relaciones te envejece. Si crees que el sexo casual o tener amigos con beneficios te evita un corazón roto, piensa otra vez. Te estás mintiendo a ti mismo para obtener lo que deseas. Quieres llenar el vacío. Quieres dejar de sentirte sola y comenzar a sentirte amada, pero, al igual que la visita nocturna al refrigerador por una porción de pastel de chocolate, sólo llena el vacío por algunos minutos y luego viene el dolor de estómago o el corazón roto. La manera de proteger tu corazón no es permitir que los chicos te usen sexualmente. El sexo casual es la manera en que los chicos obtienen lo que quieren (sexo) sin ningún compromiso. Es una forma de convertirse en un trozo de carne que será masticado y escupido. ¿Y quieres saber la verdad? Te hace envejecer. Es cierto. ¿Quieres verte vieja antes de tiempo? Mantén relaciones sexuales. Cada encuentro que tienes te da un signo más de uso y desgaste. Igual que un auto usado, tu valor disminuye con cada kilómetro que le agregas al sexómetro. Si quieres verte bien por más tiempo, entonces acaba con el mal hábito de la inmoralidad sexual. No sólo salvará tu alma, también tu apariencia».

Hayley Di Marco es tan malvada que me pone de buen humor. Cree que una chiquilla puede no temerle al lago de fuego al que la llevará su fornicación pero sí le temerá a la fealdad y a la vejez. Tal vez tenga razón.

 

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