Kryptonita podría perfectamente ocurrir en el Barros Luco o en el Sótero del Río, en San Bernardo o en Puente Alto. Lo que, una vez más, nos lleva a darnos cuenta de que tenemos infinitamente más en común con nuestro barrio sudaca de lo que a algunos les gusta creer.
Leonardo Oyola (Buenos Aires, 1973) es un autor argentino que, hasta ahora, se ha especializado en el género policial y que, según él mismo declara en su blog, “le guiña un ojo a lo fantástico”.
Su último libro se llama Kryptonita, y tiene por premisa que Superman no cayó en una granja norteamericana sino en un peladero de Isidro Casanova, una localidad en el oeste del Gran Buenos Aires. Allí no devino en superhéroe sino en líder criminal. Nafta Súper —el alias de este superhombre alternativo— llega herido de muerte al Paroissien, un gris hospital público de la zona. Lo trae su banda, que amenaza al doctor de turno —el narrador— para que lo mantenga con vida hasta que salga el sol, mientras se parapeta en el hospital esperando la inevitable llegada de la policía. Es durante estas eternas horas que conocemos la biografía de Nafta Súper y, a través de ella, las biografías de los miembros de su banda.
A través de un lenguaje hábilmente construido con el vocabulario de la villa, y reescribiendo en forma constante el canon del cómic clásico estadounidense, Oyola crea una crítica social que hace sentido no sólo en Argentina, sino también a este lado de la cordillera. El triste estado de las cosas en el Paroissien nos traslada indefectiblemente a cualquiera de los decrépitos hospitales públicos chilenos. El emotivo episodio en el que Nafta Súper aún niño se queda esperando a que Carozo y Narizota, dos títeres de la TV, lleguen a su casa, nos lleva a preguntarnos si alguna vez el noventero Hugomóvil de Ivette Vergara se aventuró a ir a las plazas de las comunas periféricas de Santiago.
Inmersos en ese contexto, y de una forma absolutamente anterior a la elección del delito como estilo de vida, Nafta Súper y su banda adoptan la amistad como forma de resistencia ante una sociedad que los margina y que tarde o temprano buscará eliminarlos. La resistencia es una temática que cruza la novela por completo, y que se manifiesta en forma tanto grupal —aunque cada uno de los miembros de la banda es fuerte por sí mismo, sólo pueden hacerle frente al mundo cuando unen fuerzas— como personal. Nótese al respecto, por ejemplo, la historia de Lady Di, antes llamada Daniel.
Aunque Kryptonita está lleno de referencias a la cultura popular argentina, y en particular a la del conurbano bonaerense, es gratamente posible asimilar con facilidad esta información e interpretarla desde nuestras propias experiencias de vida como chilenos. Kryptonita podría perfectamente ocurrir en el Barros Luco o en el Sótero del Río, en San Bernardo o en Puente Alto. Lo que, una vez más, nos lleva a darnos cuenta de que tenemos infinitamente más en común con nuestro barrio sudaca de lo que a algunos les gusta creer.
Si le interesó, Kryptonita se puede adquirir en Chile a través de buscalibros.cl. Pero si tiene algún amigo o pariente que viaje a Argentina aproveche y encárgueselo, porque le saldrá harto más barato.
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